Biogás, la prometedora energía verde que puede despegar en Argentina

En un mundo cada vez más contaminado y todavía dependiente de los residuos fósiles y el carbón para funcionar, el crecimiento de energías renovables, no contaminantes o verdes, cobra día a día mayor importancia para evitar el calentamiento global y evitar los pronósticos negativos que el cambio climático generará en nuestro medio ambiente para la mitad de este siglo.

Una de las energías renovables que más futuro tiene en el mundo y también en nuestro país es la que proviene de la biomasa, y es el biogás, una energía alternativa compuesta, principalmente, por dióxido de carbono y metano generados por la biodegradación de biomasa, obtenida de la materia orgánica en un ambiente desprovisto de oxígeno.

El biogás se procesa y obtiene en plantas especialmente construidas y son varios los países que lo aprovechan para generar energía – (CESPA)

El biogás se procesa y obtiene en plantas especialmente construidas y son varios los países que lo aprovechan para generar energía – (CESPA)

“El biogás es una mezcla de gases que surge de la descomposición de la materia orgánica de los residuos sólidos urbanos. Nos referimos a los compuestos putrescibles o bioresiduos de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos. El gas que se extrae del módulo de relleno se denomina biogás de relleno sanitario y es una mezcla fundamentalmente constituida por 50% de Metano y 49.9% de CO2, más algunas trazas de otros oligogases. El gas metano es parte del proceso de descomposición de la materia orgánica putrescible y surge como resultado del proceso de descomposición de los residuos dentro del relleno sanitario”, explicó a Infobae el ingeniero Marcelo Rosso, gerente de Nuevas Tecnologías y Control Ambiental del CEAMSE.

En el contexto actual de llamar a cuidar el planeta de la contaminación humana, el experto afirmó que es muy importante para el ambiente captar y tratar el metano para contribuir a evitar la proliferación de gases de efecto invernadero (GEI) o engrosamiento de la capa contaminante de gases en la atmósfera que ocasiona el cambio climático.

“Podemos decir que la generación de energía a partir del biogás tiene 2 grandes procesos: el de Desgasificación y Captación y el de Generación propiamente dicho. El biogás se puede producir a través de dos procesos diferentes: Por descomposición aeróbica que se lleva adelante en un relleno sanitario o la descomposición anaeróbica que se produce cuando sometés esa masa a un proceso de biodigestión en plantas industriales construidas”, sostuvo Rosso.

Y agregó: “Una vez que ese residuo se dispone en un relleno sanitario donde atraviesa distintas etapas de descomposición. Cuando hay presencia de oxígeno, se trata de una etapa aeróbica, donde todavía no se produce biogás. Luego sigue una etapa de transición, donde los residuos son tapados con nuevos residuos o con la cobertura final y así llega la etapa donde hay una ausencia total de oxígeno y comienza a desarrollarse el proceso de descomposición anaeróbica y a producirse el gas metano, un gas que es muy contaminante para la atmósfera (1 tonelada de metano es equivalente a 25 toneladas de CO2) y se busca quemarlo para reducirlo a dióxido de carbono (CO2). Esa quema se hace en antorchas de llama oculta, según regulaciones internacionales dispuestas a partir del Protocolo de Kioto. Con eso contribuimos a disminuir la huella ambiental y el inventario de GEI. Luego, si esa quema no la hacés en esa antorcha de llama oculta y se produce en un motor de combustión asociado a un alternador que produzca energía, estás logrando obtener energía verde que sirve para reducir la cantidad de consumo de la red de energía eléctrica”.

El biogás se utiliza en varios países del mundo desde hace más de 20 años, como una fuente de energía que se puede usa como combustible de bajo costo para fines de calefacción o energía eléctrica y cuando se comprime, también puede ser utilizado para impulsar vehículos de motor.

Actualmente Alemania tiene la mayor capacidad de energía disponible de biogás, seguido por el Reino Unido, que estima que su potencial es el suficiente para reemplazar el 17% del combustible que requieren los vehículos que allí circulan. Alemania genera 3594 megawats (MW) por año; Reino Unido 1425 MW; Estados Unidos 1047 MW; Italia, 477 MW y Australia, 427, son los cinco países que más lo aprovechan. A partir del sexto para abajo, no pasan de los 200 MW.

“En 2010 se hizo la primera licitación a través de Enarsa, para generar biogás a partir de relleno sanitario. Dos proyectos ganaron y lograron generar 10 y 5 megawats. Luego a través de los programas renovar, se logró producir 25 megawats/hora, equivalente al consumo que necesita una ciudad como Neuquén o González Catán. Hoy hay 3 plantas operativas en el complejo Norte 3 y una en Ensenada. La idea es construir dos nuevas plantas que produzcan 5 megawats cada una en los próximo años”, precisó Rosso, que trazó el panorama actual del biogás en Argentina y el enorme potencial que tiene para su desarrollo y crecimiento.

“Siempre hay que tener en cuenta la cantidad de biogás que se puede producir, ya que el mismo no se produce al instante. Desde que vos disponés el residuo hasta alcanzar su máxima producción pueden pasar de 2 a 4 años. Hay un momento en que la producción del biogás disminuye por agotamiento de la materia biorgánica. Se va a generar menos cantidad de flujo y generación de electricidad”, completó el especialista.

En nuestro país, además de la obtención del biogás a partir de los residuos, existe una amplia diversidad de actividades asociadas a la actividad agrícola ganadera (criaderos, tambos, lácteas, frigoríficos, curtiembres, citrícolas, alimenticias, bebidas, entre otras), que producen una gran cantidad de residuos orgánicos que pueden transformarse en biogás, si se construyen las plantas necesarias y los conductos para distribuirlo.

Un relevamiento realizado en el año 2016 por el INTI, precisó que la Argentina contaba con 105 instalaciones de biogás en operación, de las cuales 53,1% pertenecen al sector privado, donde 85,3% implementaron la tecnología como sistema de tratamiento de efluentes o residuos, y solo un 6% fue implementado con fines energéticos.

Por otro lado, un 37,5% de las instalaciones de biogás en operación pertenecen al sector público, de las cuales un 54,2% se construyeron como sistemas de tratamiento de efluentes cloacales y/o valorización de la fracción orgánica de residuos sólidos urbanos (FORSU). Según el INTA, Argentina tiene el potencial de generar 14,40 billones de metros cúbicos de biometano y eso provocaría un ahorro de USD 2.300 millones.

En 2020, el 9,7% de la demanda total de energía eléctrica fue abastecida a partir de fuentes renovables, un muy significativo incremento respecto a 2019, cuando este origen representó el 5,9% de la demanda del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM). Este aumento también se halla en línea con el objetivo de cubrir el 20% de la demanda eléctrica en 2025, establecido por la Ley 27.191, que fue sancionada en forma unánime por el Congreso Nacional en 2015. En perspectiva, el crecimiento del sector se ha acelerado, ya que hasta julio de 2018 las fuentes renovables representaban menos del 2% del total.

Pese al contexto de Emergencia Sanitaria, durante 2020 se habilitaron comercialmente 39 proyectos, con una potencia instalada de 1.524 MW, un incremento de casi el 58% respecto del año anterior. Según datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA), la potencia instalada de fuentes renovables que se añadió en 2020 significó el 62% del total de la nueva potencia incorporada en el año.

La Argentina estableció como prioritario un cambio en la matriz energética para alcanzar hasta un 20% de generación eléctrica al sistema interconectado mediante fuentes renovables, como la eólica, la solar, la biomasa o el biogás

La Argentina estableció como prioritario un cambio en la matriz energética para alcanzar hasta un 20% de generación eléctrica al sistema interconectado mediante fuentes renovables, como la eólica, la solar, la biomasa o el biogás

Actualmente, se encuentran operativos 163 proyectos en el país, los cuales brindan energía a más de 4,4 millones de hogares argentinos, con una potencia total de más de 4.155 MW.

De los nuevos proyectos, 11 están en la provincia de Buenos Aires (9 son de tecnología eólica y 2 de biomasa); 6 en Mendoza (5 son Pequeños Aprovechamientos Hidroeléctricos, PAH, y 1 es de tecnología solar); 5 en Córdoba (2 de biogás, 2 de tecnología eólica y 1 de biomasa); 4 en Chubut (todos de tecnología eólica); 3 en Jujuy (todos de tecnología solar); 3 en San Luis (todos de biogás); 2 en Corrientes (ambos de biomasa); 2 en La Rioja (1 de tecnología eólica y 1 de tecnología solar); 1 en Neuquén (de tecnología eólica); 1 en San Juan (de tecnología solar) y 1 en Santa Fe (de biogás).

El 8 de diciembre de 2020 se registró un nuevo récord de abastecimiento a partir de energías renovables en el país. De acuerdo con CAMMESA, a las 8.55 h. de ese día se alcanzó el pico máximo histórico, cuando el 23,3% de la demanda total de energía eléctrica en la Argentina se abasteció con fuentes renovables. La principal tecnología para lograr este récord fue la eólica, que aportó el 67,21%, (2.003,2 MW); seguida por la solar fotovoltaica, con el 22,1% (658,6 MW); los PAH, que representaron un 6,7% (199,7 MW); y, por último, las bioenergías con el 4% (119,2 MW). Es importante aclarar que las energías renovables tienen prioridad de despacho, lo que significa que toda la electricidad que llega al sistema desde estas fuentes abastece automáticamente la demanda.

Sourceinfobae

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