Las consecuencias económicas en el mundo por la guerra entre Rusia y Ucrania, que generó importantes sanciones de parte de Europa, se empieza a sentir y advierten por las dificultades en el suministro de gas en el mundo. Rusia, que hasta antes de la invasión le proporcionaba el 45% del gas a Europa, enfrenta faltas en la demanda de este fluido luego de que el pasado 8 de marzo, la Comisión Europea decidiera no consumir más gas proveniente del país que lidera Vladimir Putin. Ante esta crisis mundial, el Gobierno argentino alertó sobre la posible falta de gas en el invierno.
El especialista en temas energéticos y titular de Eyis S.A., Alberto Rosandi, explicó este jueves en Creo, el programa que conduce José Curiotto en AIRE, cómo puede impactar el conflicto bélico en el consumo de gas en Argentina en los próximos meses, cuando se espera que aumente la demanda ante la llegada del frío.
Prevén dificultades en el proceso productivo del gas y aumentos por el actual contexto mundial.
Si bien el país tiene una importante cantidad de gas natural, los problemas en Argentina están relacionados a la distribución. El gas, que abunda en el NOA, Cuyo y en provincias como Neuquén, enfrenta dificultades por la falta de cañerías. Además, en la actualidad, el NOA y Cuyo no cuentan con el gas suficiente y el Gobierno subsana este faltante comprándole a Bolivia. «Hoy estamos negociando un contrato con vistas al 2026. Argentina necesita 14 millones de metros cúbicos de gas de Bolivia para balancear la canasta de volumen que requerimos, pero hasta ahora discutimos entre 7 y 9 millones de metros cúbicos porque Bolivia tiene declinación en su aporte de gas y privilegia a Brasil por el contrato», señaló el experto.
A esta situación, se le suma el agravante de la guerra en Europa. ¿Cómo impacta en Argentina? «La Comisión Europea decidió en marzo que no se consuma más gas de Rusia y que se compre gas natural licuado», contó Rosandi.
«En Argentina, este gas licuado se recibe en barco en Escobar y Bahía Blanca, y cubre los picos invernales», agregó. A este gas, el país lo pagó a menos de 14 dólares la unidad en el 2021 y esta año en el Presupuesto se estimó en unos 20 dólares. Sin embargo, «llegó a tocar los 54 dólares y ahora está en 36», contó Rosandi.
Y alertó: «Si tenemos un invierno de bajas temperaturas, los precios siguen elevados, la guerra continúa y no podemos negociar bien con Bolivia, podemos tener riesgo, principalmente en los procesos productivos».
«Europa, que está saliendo del invierno y firmó este plan de acción en marzo, tiene reservorios vacíos para prepararse para el año próximo. Los va a llenar y a guardar ese gas para el año que viene para que sus costos no se disparen porque están teniendo inflación, estacionamiento en la producción por el problema de Rusia y Ucrania y un momento de transición energética, con la descarbonización, más amigable con el medio ambiente, que le ha llevado sus tarifas energéticas valores impensados», agregó el especialista. Esta reserva de gas que prevé hacer Europa también impactará en la oferta al resto del mundo.