El pasado viernes, el presidente de Perú, Pedro Castillo, reiteró su intención de comprar gas natural de Bolivia para el sur del vecino país. Dos analistas en hidrocarburos consideran que estas palabras carecen de sentido porque “no tienen ni pies ni cabeza” y, en el contexto actual, son “una locura”.
No obstante, en 2021, ambos países firmaron un convenio que apunta en la dirección de lo planteado por Castillo.
“La próxima quincena tendremos una reunión bilateral con las autoridades de Bolivia sobre la masificación del gas natural que viene de ese país para Puno y la macrorregión sur. Las obras tienen que ser emprendidas por el bien del desarrollo del país”, manifestó Castillo en la clausura del quinto Consejo de Ministros Descentralizado.
De acuerdo a Telesur, el mandatario peruano añadió que “Bolivia está dispuesta a trasladar y dejar gas para la región de Puno y la macrorregión sur (…). La voluntad y la experiencia por parte de Bolivia está ahí, no podemos permitir que los anhelos de los pueblos del sur sigan postergados”.
Sin embargo, actualmente la producción de gas en Bolivia está en declive e incluso hay dificultades para cumplir con los picos máximos demandados de modo simultáneo por Brasil y Argentina. De los 42,5 millones de metros cúbicos día (MMm3d) producidos, 20 MMm3d se van para Brasil; 13 MMm3d, para el mercado interno, y cerca de 10 MMm3d, para Argentina.
Con Argentina incluso se ha comprometido un envío de 4 MMm3d adicionales para invierno y se espera elevar esa cifra incluso hasta 8 MMm3d.
El analista y exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos señaló que lo dicho por Castillo es “un sueño, una utopía, una irrealidad” por cuatro razones: Bolivia no tiene gas suficiente para exportar a Perú, no existe la infraestructura para trasladar el hidrocarburo, no hay financiamiento para construir la infraestructura y Perú tiene las reservas de Camisea (Cuzco), que son más próximas para el sur de ese país que Bolivia.
Ríos añadió que es posible que el Presidente peruano haya confundido el gas natural con el gas licuado de petróleo (GLP), el cual se exporta en pequeñas cantidades a Perú desde hace unos 10 años.
El analista e investigador Francesco Zaratti opinó que las declaraciones de Castillo “son al fósforo, muy desafortunadas. ¿Qué imagina ese señor, que hay un gasoducto que llega a la frontera, o que enviaremos el gas natural desde Río Grande hasta Perú en camión? Es una locura”, dijo.
Zaratti coincidió con Ríos en que es posible que Castillo haya confundido el gas natural con el GLP. No obstante, aun así sería muy difícil que Bolivia envíe más GLP del que ahora exporta a Perú, ya que al extraerlo se empobrecería la calidad del gas natural enviado a países como Brasil, lo cual traería otros problemas.
“Entonces no tiene ni pies ni cabeza”, dijo.
En 2021 se acordó evaluar exportación
En octubre de 2021, Bolivia y Perú firmaron un convenio que apunta precisamente a lo manifestado por el presidente Pedro Castillo: “masificar el gas natural” en el sur de este país.
En esa oportunidad, el convenio permitiría “agilizar la masificación del gas natural, ofrecer precios accesibles del gas licuado de petróleo (GLP) a la población del sur, impulsar la electrificación rural en Punto y la formalización minera en ambos países”, señaló el Gobierno peruano.
También se habló de un estudio para determinar si es factible construir un gasoducto de Bolivia al Perú.