El Gobierno dejó en manos de Estados Unidos la reconstitución de las relaciones diplomáticas que quedaron deterioradas en septiembre de 2008 cuando el entonces presidente, Evo Morales, expulsó al embajador Philip Goldberg; con un breve paréntesis de noviembre de 2019 cuando el Gobierno de Jeanine Áñez nombró un embajador extraordinario.
“Estamos dispuestos a generar relaciones constructivas y positivas, creo que eso, como quien diría, está más en la cancha de Estados Unidos que en la nuestra”, dijo el canciller de Bolivia, Rogelio Mayta a Página 12 de Argentina.
Desde la perspectiva del jefe de la diplomacia boliviana, las relaciones con la potencia del norte no tuvieron “un cambio significativo” en este tiempo y reiteró que ellos aceptarían el restablecimiento de los vínculos, pero con las mismas condiciones que expresaba el gobierno de Morales.
“De nuestra parte, manifestamos que queremos establecer relaciones constructivas y positivas con todos los países de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos. Siempre bajo el respeto de la soberanía boliviana y estamos ahí, un poco con la mano abierta para estrechar lazos”, añadió Mayta.
El gobierno de Jeanine Áñez intentó retomar estos vínculos con la designación de Wálter Óscar Serrate, como “embajador extraordinario con representación plenipotenciario” en noviembre de 2019, sin embargo, el gobierno de Donald Trump mantuvo al encargado de negocios de su país en Bolivia.
En septiembre de 2008 el presidente Evo Morales declaró persona no grata al entonces embajador, Philip Goldberg y dispuso su salida de país. Ese fue el principio de otras suspensiones. En noviembre de ese año decidió que la agencia antidrogas de EEUU deje el país. Luego en 2013, cinco años más tarde, le seguiría la agencia de cooperación estadounidense, Usaid. En todos los casos Morales los acusó de involucrarse en temas internos del país.
El canciller boliviano recordó esos episodios y por eso dijo que retomar estas relaciones pasa a depender más de la voluntad de los Estados Unidos, “porque tienen malos antecedentes, realizan injerencias políticas, tratan de tener cierto grado de control sobre determinados aspectos de interés regional o de determinados países”, dijo y añadió que existen documentos desclasificados que prueban sus afirmaciones.