Luego de cuatro años, el Banco Central de Bolivia (BCB) volvió a vender dólares al público, una medida que –según analistas– admite de forma implícita de que hay una menor disponibilidad de esa divisa en el mercado y de que el pago que hace de Bs 6,95 por cada dólar del sector exportador afectó las expectativas de la población.
Tras advertir que “persiste” la especulación y que ésta “afecta a la población” y sus intereses, “el Banco Central ha determinado vender de manera directa dólares a la población, al tipo de cambio oficial”, informó ayer el presidente del ente emisor, Edwin Rojas.
Esta oferta es para personas naturales, se concretará a través de sucursales y agencias del Banco Unión en todo el país, y en ventanillas de esa entidad financiera instaladas en el edificio del BCB en la sede de gobierno.
“Vamos a vender toda la cantidad de dólares que requiera la población, las personas naturales. A partir de la fecha, el Banco Central abre sus puertas, a través del Banco Unión, para que venga la gente (…) que no haya logrado satisfacer su demanda de dólares ya sea en el sistema financiero o casas de cambio”, afirmó Rojas.
Para Germán Molina, miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas, esta medida busca “crear confianza” en la población y “bajar el nivel de especulación que existe con relación al dólar”, en un momento en que “efectivamente está disminuyendo la liquidez” en esa moneda.
Tipo de cambio
“Más allá de los motivos, hay una aceptación implícita de que la población no está recibiendo la cantidad de dólares que está demandando”, sostuvo José Gabriel Espinoza, ex director del BCB.
La venta directa confirma que, “al haber ofertado un tercer tipo de cambio preferencial para los exportadores, (el BCB) afectó las expectativas de la población, en un momento de marcada reducción del componente divisas de las reservas internacionales netas (RIN)”, consideró a su vez Claudia Pacheco, vicepresidenta del Colegio de Economistas de Santa Cruz.
“El Banco Central está diciendo: si no te dan dólares ven a mí, pero ese mensaje no es correcto. Los bancos, casas de cambio y remesadoras no están dando dólares porque no quieren, sino porque no les están proveyendo la cantidad de dólares (que necesitan)”, afirmó el experto en finanzas Jaime Dunn.
La última vez que el ente emisor comenzó a vender la moneda estadounidense de manera directa al público fue en 2013, cuando el actual presidente Luis Arce era ministro de Economía y en un contexto muy diferente, con reservas en torno a los $us 14.000 millones (12.000 millones de ellas líquidas), recordó Espinoza.
Este mecanismo se suspendió en noviembre de 2018.
El retorno a la venta directa de dólares fue calificado por los expertos como un “paliativo”, un “parche”, ante la caída de las RIN, que están en $us 3.538 millones, (538 millones de estas en divisas).
“Cuando el Banco Central dice vengan a mí, ¿significa que los bancos (comerciales) no tienen dólares? ¿No sería más fácil que el Banco Central entregue a los bancos los dólares que piensa entregar?”, sostuvo Dunn.
Según Pacheco, “la medida no es ideal para un banco central”. Es un “paliativo ante la situación actual. En el corto plazo, para reducir la elevada demanda de dólares, se debe proveer a entidades financieras y casas de cambio la cantidad suficiente de divisas”, indicó. “Pero estructuralmente, se debe trabajar más que con amenazas con señales y acciones claras como incentivar la inversión extranjera y las exportaciones, sin dejar de priorizar el recorte y eficiencia del gasto público”, agregó.
Molina indicó que, para atender las necesidades de dólares de la población y de los importadores, el Banco Central puede rápidamente “transformar en efectivo” los otros activos de las reservas internacionales, como los derechos especiales de giro (DEG).
Asimismo, agregó, “las barras de oro se pueden usar como garantía para conseguir un financiamiento en efectivo de corto plazo”.
“En términos técnicos, lo óptimo sería enfocarse en la provisión de dólares al sector financiero, en vez de tratar de establecer este tipo de medidas (venta directa) que podrían generar más problemas que soluciones”, aseveró Espinoza.
La continuidad “de este ambiente especulativo y de incertidumbre nos va a afectar a todos”, por lo que las autoridades económicas, principalmente el presidente Arce, “debe dar un mensaje de confianza” de que se mantendrá la estabilidad económica alcanzada en 1985, manifestó Molina.