La crisis más severa en los últimos 30 años provocará una disminución de 800 mil toneladas de soya en la presente campaña de verano 2023-2024 y dejará unas pérdidas de $us 300 millones. Ese es el sombrío panorama proyectado este martes por la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
El principal causante de esta situación es la grave sequía desde el inicio de la siembra y durante el desarrollo del cultivo. La zona más golpeada es el este de Santa Cruz, principalmente los municipios de Pailón, Cuatro Cañadas, San Julián y San José de Chiquitos, que concentran el 55% de la superficie cultivada.
Esta situación provocó una caída en los rendimiento a unos 800 a 900 toneladas por hectárea. En la anterior campaña de verano 2022-2023 se llegó a un rendimiento promedio de 2,02 toneladas por hectárea y una producción total de 2.362.651 toneladas métricas.
El presidente de Anapo, Fernando Romero, advirtió que unos 6.000 productores, pequeños, medianos y grandes están afectados. “Este año es la crisis productiva más grave de los últimos 30 años, las lluvias fueron tardías y disparejas”, lamentó Romero.
Ante este panorama pidió al gobierno que se determine la reprogramación de los créditos en el sistema financiero, ante la imposibilidad que tienen los productores de cumplir con sus obligaciones ante las pérdidas que están teniendo. También consideró importante la aprobación del evento tecnológico Hb4, que es tolerante a la sequía. El uso de este recurso biotecnológico ha sido solicitado ya formalmente al gobierno.
“A pesar de estas cuantiosas pérdidas productivas, queremos aclarar que el abastecimiento del mercado interno de soya está garantizado, pues solo requiere el 20% del total anual de nuestra producción de grano”, enfatizó el directivo de Anapo.
El sector maicero también está siendo golpeada en la sequía y se prevé una caída en la producción de 30%. De las 120 mil hectáreas, unas 35 mil están siendo afectadas por la falta de lluvias en la zona sur, revelaron dirigentes del sector.