Volkswagen también pega un volantazo en su estrategia eléctrica e invertirá 60.000 millones de euros en motores de combustión

Muchas marcas que habían anunciado su conversión en eléctrica, están dando un paso atrás. Ahora es Volkswagen la que pega un volantazo en su estrategia con respecto al coche eléctrico e invertirá 60.000 millones de euros en motores de combustión.

Parecía que 2024 iba a ser el año en que se iba a producir el despegue definitivo del coche eléctrico, pero cada vez hay más signos que evidencian un cambio de rumbo. Ahora, Volkswagen también pega un volantazo en su estrategia eléctrica e invertirá 60.000 millones de euros en motores de combustión.

La industria del automóvil europea se las prometía muy felices este año, pero se está topando con la realidad. En 2024 no sólo no ha terminado de despegar el coche eléctrico, sino que además se han ralentizado las ventas, lo cual ha llevado a los fabricantes a variar su hoja de ruta anunciada años atrás.

Impulsadas por la agenda de Bruselas, muchas marcas se apresuraron a anunciar planes de negocio a medio y largo plazo, cuya meta era la conversión en eléctricas. Prácticamente todas pusieron una fecha, a partir de la cual sólo fabricarían vehículos a batería.

Estas marcas se han dado cuenta de que la llegada del coche eléctrico no debería ser tan inminente como pensaban
marcas se dan cuenta de que la llegada del coche eléctrico no será inminente
Así, por ejemplo, Mercedes anunció que todos sus modelos nuevos serían eléctricos a partir de 2030. Sin embargo, hacer planes a muchos años vista, empujados por una coyuntura política, tiene sus consecuencias y ahora lo estamos viendo.

Lo hemos visto con la famosa normativa de emisiones Euro 7, que iba a aprobarse en 2025 y que, no sólo se ha retrasado dos años, hasta 2027, sino que también se ha rebajado significativamente el nivel de exigencia.

Cambios en las estrategias de los fabricantes

Con las estrategias eléctricas de las marcas está ocurriendo lo mismo. Hace algunas semanas, el CEO de Mercedes, Ola Kallenius, reconoció que, “quizá, fuimos demasiado optimistas”. La compañía tenía previsto que la mitad de sus ventas fueran coches eléctricos en 2025, pero no va a ser así.

Ante la desaceleración en las ventas de eléctricos, Mercedes se ha visto obligada a reducir sus exigencias y ha comunicado que seguirá produciendo motores de combustión más allá de 2030. Lo mismo ha ocurrido con Cadillac.

Hyundai también ha dicho que continuará afianzando su posición dentro del mercado eléctrico, pero, al mismo tiempo, no abandonará los motores de gasolina, apostando por un mix de mecánicas variado. Una postura similar a la que han adoptado desde el principio otras marcas, como Toyota.

Del mismo modo, Ford ya no cree que pueda ser totalmente eléctrica en Europa en 2030 y marcas de lujo como Aston Martin también han dado un paso hacia atrás y seguirán fabricando coches con motor de combustión durante la próxima década.

Y ahora Volkswagen se suma a esta tendencia, dando un giro a su estrategia y anunciando una inversión de 60.000 millones de euros en motores de combustión. ¿Qué está pasando?

Lo ha anunciado el director financiero y de operaciones del grupo, Arno Antliz, en un acto organizado por Reuters en Múnich, con el objetivo de “mantener la competitividad de nuestros coches de combustión”.

A finales de 2022, Volkswagen anunció su plan de fabricar y vender únicamente coches eléctricos en Europa a partir de 2033. El año pasado, estimaba que las ventas anuales de vehículos eléctricos en Europa representarían el 80% a finales de esta década.

Sin embargo, la respuesta de los clientes no ha sido la esperada, lo cual ha obligado a los ejecutivos de Wolfsburgo a revisar su estrategia. Así que, de los 180.000 millones de euros destinados hasta 2023, principalmente, a la nueva generación de modelos eléctricos, destinará una tercera parte a motores de combustión.

Antliz quiso dejar claro que «el futuro es eléctrico”, pero matizó diciendo que “el pasado no ha desaparecido. Es un protagonista y seguirá siéndolo». Esto supone un volantazo en toda regla, igual que están haciendo otras marcas, como vemos.

Motores que no pueden usar los e-fuels

El año pasado, el CEO de Volkswagen, Thomas Schäfer, calificó el motor de combustión interna de «tecnología antigua» y dijo que los debates en torno a los combustibles sintéticos son “ruido sin sentido”, a pesar de que una marca del grupo como Porsche (ahí es nada) lleva tiempo trabajando en el desarrollo de e-fuels.

Mientras, otras marcas del grupo siguen explorando vías alternativas para seguir utilizando motores de combustión, como Lamborghini y Bentley. Ambas tienen grandes esperanzas en los combustibles neutros en carbono.

Por cierto, que la firma británica también había fijado 2030 como el año en que sólo fabricaría modelos eléctricos, pero ha retrasado ese objetivo tres años.

¿Qué nos dice todo esto?

Volkswagen invierte 60.000 millones en motores de combustión
Es evidente que las marcas de automóviles se han chocado de frente contra un muro de hormigón llamado realidad y ahora vemos las consecuencias.

El sector pisó el acelerador de la electrificación, presionado por una agenda política marcada claramente por la fiebre ecologista que padece la Unión Europea desde hace años.

Europa ha querido enarbolar la bandera verde y liderar la transición hacia la descarbonización del transporte (y de la economía en general), pese a que el impacto de la UE en las emisiones globales es muy bajo, comparado con regiones como China o Estados Unidos.

Se aprobó una medida para prohibir los motores de combustión interna en 2035, no sin problemas. Pero, desde que empezó el 2024, no hemos parado de escuchar diferentes voces que ponen en duda el fin de los motores térmicos ese año.

Europa ha corrido demasiado y ha arrastrado a los fabricantes a un peligroso abismo. Ahora, muchos de ellos tienen que soltar el acelerador, cuando no pisar el freno, después de miles de millones de euros invertidos en electrificación, al ver que los coches eléctricos no se venden.

Y mientras, las marcas europeas ven cómo llega desde Asia un gigante que amenaza seriamente su supervivencia, con un producto de calidad a un precio con el que no pueden competir.

Europa es la cuna del motor de combustión, ha enseñado al mundo a hacer coches. Pero, en esta era de la electrificación, puede que sean los chinos los que enseñen a los europeos a hacer coches eléctricos. Ellos son los que dominan la producción de todos los componentes electrónicos, baterías, etc. Europa se ha pegado un tiro en el pie.

Sourceautobild

ÚLTIMAS NOTICIAS