El sector de la energía se enfrenta a un cambio sin precedentes. Después de décadas creciendo gracias al impulso de los combustibles fósiles, ahora debe avanzar hacia la descarbonización a pesar de seguir siendo rentable y productiva. Para cumplir los objetivos de lucha contra el cambio climático y que las emisiones netas del sector de la energía sean cero en 2050, será necesaria una inversión de 110 billones de dólares, según estimaciones de la Energy Transition Commission. Así, la transición trae consigo muchas oportunidades, pero los cambios no están exentos de riesgos.
Los riesgos emergentes en el sector de la energía
Como parte del informe Energy Market Review 2024, desde WTW damos una visión de las tendencias emergentes sobre los riesgos a los que se enfrenta el sector de la energía. Las empresas que estén preparadas para gestionarlos de forma adecuada lograrán ser más competitivas y rentables que el resto.
Riesgos geopolíticos
The Economist ha bautizado 2024 como “el año electoral más importante de la historia”, ya que se celebran elecciones en la Unión Europea y en 64 países, incluido Estados Unidos. Los resultados de las votaciones tendrán repercusiones regulatorias importantes para el sector de la energía en los próximos años. Es por esto que las empresas del sector deben seguir muy de cerca estas tendencias geopolíticas para poder identificar oportunidades de crecimiento, mientras se preparan para actuar con rapidez y decisión ante los cambios.
Riesgos en la cadena de suministro
Cada vez que un barco cruza el canal de Panamá, 200 millones de litros de agua se desvían de los lagos circundantes hacia las esclusas para luego verterse al océano. En el último año, Panamá ha atravesado la peor sequía en más de un siglo, lo que ha obligado al país a reducir el tráfico del canal. Al mismo tiempo, los conflictos en Oriente Próximo han afectado a la otra gran vía clave para el comercio internacional, el canal de Suez.
Ambas situaciones han disparado los costes del transporte y han multiplicado los riesgos en la cadena de suministro. Los gerentes de riesgo de las empresas del sector deben analizar todos los escenarios posibles y descubrir vulnerabilidades ocultas que puedan poner en jaque sus operaciones.
Riesgos climáticos
La temporada de incendios de 2023 en Canadá fue la más extensa de su historia: ardieron 17,94 millones de hectáreas. La magnitud de los incendios forestales obligó a cerrar carreteras y cortar comunicaciones, lo que afectó a muchas empresas del sector de la energía y minería. Este puede ser un buen ejemplo de cómo el cambio climático contribuye a que los eventos extremos – antes ocasionales – se estén volviendo más habituales y a escalas sin precedente. Es por esto que las empresas no pueden mantener una valoración de estos riesgos solo en base a registros históricos, sino que deben examinar escenarios hipotéticos y prepararse para ser más resilientes a largo plazo.
Riesgos cibernéticos
La digitalización trae oportunidades. Este es el caso de los gemelos digitales para optimizar el funcionamiento de las fábricas; los sensores para lograr una cadena de suministro más transparente; o los vehículos y dispositivos conectados para una gestión semiautomatizada de las explotaciones. A su vez, las nuevas tecnologías y los dispositivos conectados seguirán cambiando el escenario de los ciberriesgos. Se necesita por tanto una visión de futuro amplia para analizar estos riesgos, pero también para explorar las oportunidades y cambiar los modelos de negocio.
Riesgos laborales
La Agencia Internacional de la Energía estima que esta década se crearán 30 millones de empleos nuevos en el sector de las energías limpias, mientras que 13 millones de puestos de trabajo en industrias relacionadas con los combustibles fósiles están en riesgo. Además, los cambios demográficos han ocasionado la desaparición de ciertos empleos y habilidades. En consecuencia, las empresas enfrentan dificultades para cubrir determinados roles. Es importante incluir estas tendencias laborales en la gestión del riesgo, tanto a corto como a largo plazo.
Identificar y gestionar los riesgos interconectados
En el contexto actual, es clave un proceso de identificación y análisis de los riesgos emergentes y vincularlo al modelo de negocio. Este análisis también implica considerar las oportunidades, las ventajas competitivas, las necesidades de los clientes o los cambios regulatorios, entre otros muchos aspectos. Dada la velocidad a la que están sucediendo los cambios en el sector de la energía, es muy probable que surjan riesgos totalmente nuevos en poco tiempo. Las empresas tienen que estar preparadas para detectarlos a tiempo y para planificar una respuesta adecuada.
Los métodos tradicionales de análisis de riesgos suelen utilizar métodos y técnicas estadísticas para identificar tendencias históricas que permitan prever el desencadenante, la magnitud o la frecuencia de un riesgo individual. Sin embargo, este proceso no identifica adecuadamente el riesgo interconectado ni el riesgo compuesto. La consideración de este tipo de riesgos es esencial para construir un enfoque de gestión de riesgos verdaderamente efectivo, que proporcione valor a largo plazo.