En plena transición energética, se ha logrado teletransportar por primera vez energía del espacio a la Tierra. El Sol ha sido una pieza clave en el proceso. La alta huella ambiental que dejan los combustibles fósiles ha obligado al ser humano a buscar nuevas formas de abastecimiento en el terreno renovable. De hecho, ya se ha buscado y encontrado energía en la zona más oscura del Ártico. La preocupación por el medio ambiente y la búsqueda de nuevas opciones está generando un nuevo paradigma a nuestro alrededor, en el que los expertos han abierto su mente y expandido los escenarios posibles.
Energías que antes no se contemplaban o eran impensadas hoy podrían convertirse en una realidad palpable. Las nuevas fuentes de energía están teniendo un lugar privilegiado en la transición hacia un futuro más sostenible y libre de emisiones.
Al hablar de renovables muchos piensan en energía eólica, hidroeléctrica, geotérmica o de biomasa. Sin embargo, esta vez hablaremos de una que viene del espacio. Ya es conocida, pero desde otra perspectiva.
Apuestan por la energía solar que viene del espacio: comienza una nueva era para la Tierra
La energía solar que es enviado desde el espacio a la Tierra podría ser justo lo que estábamos buscando para obtener abastecimiento energético. Un experimento de Caltech evidenció el potencial de este tipo de energía, un momento clave para el aprovechamiento de la renovable orbital. Esta información se hizo pública al conocerse los ganadores de la Feria de Ciencias Gizmodo 2024. Fueron miembros de un equipo multidisciplinario del Instituto de Tecnología de California.
Probaron un satélite que comprueba la posibilidad de recoger energía solar en el espacio y luego enviarla a la Tierra como energía útil. Hasta ahora, este concepto se había encontrado con desafíos tecnológicos y económicos. La propuesta es tentadora: proveer de abastecimiento vasto e ininterrumpida de energía solar limpia sin tener la limitación del flujo del día y la noche, las estaciones o el clima. Todo esto otorgando potencialmente más energía que los paneles solares instalados sobre suelo terrestre.
El Demostrador de Energía Solar Espacial de Caltech (SSPD-1) fue un progreso nunca visto en el desarrollo de la energía solar desde el espacio. Aunque su alcance se tornó moderado, el experimento podría desembocar en proyectos mucho más grandes. EL SSPD-1 llegó al espacio en enero de 2023 en un cohete Falcon 9 integrado con la nave espacial Vigoride-5 de Momentus.
Mandan energía del espacio a la Tierra: el proyecto que tiene al mundo en vilo
Su objetivo era recopilar energía solar en órbita y transmitirla por el espacio hacia la tierra. Se realizaron pruebas con mecanismos de despliegue y revolucionarias tecnologías solares nuevas. La iniciativa contaba con tres ingredientes vitales: DOLCE (desplegar la estructura), ALBA (para recoger la energía solar) y MAPLE (para transmisión inalámbrica de la energía). Estos eran los requisitos básicos para seguir con una iniciativa a una escala más grande.
Harry Atwater, quien encabezó el proyecto como ingeniero en materiales de Caltech, dijo que los conceptos anteriores acarreaban estructuras pesadas, demasiado grandes y de una fabricación extensa en el espacio. Una idea poco práctica para enviarlos al espacio y, además, con un coste prohibido si se compara con el retorno de energía que podían enviar a la Tierra.
Bajo estas circunstancias, este tipo de energía necesitaba sistemas de transferencia pequeños, ultralivianos, asequibles y flexibles tanto en lo que se refiere al lanzamiento como al despliegue. Los avances aportados por DOLCE, ALBA Y MAPLE supusieron un progreso significativo. El equipo venció varios obstáculos durante la misión, incluso en la etapa del despliegue, que no fueron fáciles de resolver por el reto de trabajar en el espacio.
Existe un componente humanitario y ambiental relevante. La energía solar de este tipo ofrece una fuente de energía limpia ilimitada que podría ser la sustituta ideal de los contaminantes combustibles fósiles. En definitiva, la energía que llega a la Tierra con este proyecto es clave en la transición energética, tanto o más que el megaproyecto que hace temblar a Europa.