A 21 años de la guerra del gas

Durante el gobierno del general Hugo Banzer (1997 – 2001) y del Ing. Jorge Quiroga (2001 – 2002) se concibió el proyecto de exportación de gas a Estados Unidos y México. Bolivia contaba con grandes reservas de gas natural, desarrolladas por la capitalización de las empresas de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. El proyecto consistía en llevar el gas natural a un puerto del Pacífico, donde una planta de transformación lo convertiría en gas licuado, que sería transportado en barcos a los mercados de Estados Unidos y México. Recién estaba comenzando el negocio del gas licuado.

El presidente Quiroga continuó con las conversaciones que tuvo el presidente Banzer con el presidente chileno Lagos. Se llegó a un principio de acuerdo en el que el gobierno chileno concedería un puerto (que sería Patillos), donde se construiría una planta de transformación del gas natural a líquido. El proyecto quedó en suspenso por la conclusión del periodo de gobierno.

En agosto de 2002 asumió la presidencia Gonzalo Sánchez de Lozada. Desde el comienzo de su mandato tuvo que enfrentar bloqueos, marchas y otras acciones contrarias a su gobierno, en particular promovidas por Evo Morales y Felipe Quispe. El 11 de febrero de 2003, otra vez el Grupo Especial de Seguridad se amotinó a la cabeza del ex mayor David Vargas, exigiendo mejoras en el salario y en la logística. La misión de este regimiento es de proveer seguridad al Presidente y a los funcionarios que trabajan en el palacio de gobierno, por lo que éste quedó protegido solo por la guardia militar de los Colorados. El 12 de febrero, una manifestación trotskista de maestros entró en la plaza Murillo, culminando con la apedreadora del edificio del palacio de gobierno, por parte de estudiantes del colegio Ayacucho. La guardia de palacio lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, lo que a su vez fue respondido por los policías amotinados con gases lanzados contra el palacio. Finalmente se desató un enfrentamiento con armas de fuego entre los policías reforzados por efectivos de otras unidades policiales y los militares del palacio reforzados por la policía militar, que produjo la muerte de 9 policías, 4 militares y tres civiles.

El 13 de septiembre Felipe Quispe, en protesta porque que se encarceló a un dirigente aimara, por haber participado en el linchamiento de dos presuntos ladrones de ganado, bloqueó las salidas de La Paz a Oruro y al Perú. En El Alto se realizó un paro protestando contra nuevos impuestos decretados por el Gobierno Municipal de José Luis Paredes. Los cocaleros de Yungas bloquearon la carretera a Yungas, por reclamos relativos a la coca. El 20 de septiembre, una caravana de turistas bolivianos y extranjeros fueron retenidos por un grupo armado en Warisata. El Gobierno realizó un operativo policial militar que rescató a los turistas, con el resultado de 6 muertos: 4 atacantes, una niña y un policía.

A fines de septiembre, en La Paz y sobre todo en El Alto, la Central Obrera Boliviana (COB) realizó una huelga general junto con jubilados y campesinos. Los estudiantes de la Universidad Pública de El Alto realizaron actos vandálicos.

El 11 de octubre comenzó la revuelta contra el gobierno liderada por Felipe Quispe, exigiendo que no se realizara el proyecto de exportación de gas licuado a los mercados de Estados Unidos y México. La revuelta paralizó las actividades en la ciudad de El Alto. Se organizó un cerco a la ciudad de La Paz, con el propósito de cortarle el suministro de alimentos y combustible. En las dos ciudades se produjeron asaltos a las propiedades públicas y privadas y bandas atemorizaban a los ciudadanos. En El Alto se obligaba a los alteños a participar en los bloqueos. Cuando el gobierno organizó el aprovisionamiento de combustible mediante un convoy de camiones cisterna, éste fue atacado y la respuesta ocasionó 20 muertos, de los más de 60 muertos que se produjeron en la revuelta.

Finalmente se pidió la renuncia del presidente. Un grupo de intelectuales de izquierda, encabezados por la ex defensora del pueblo Ana María Romero, realizó una huelga de hambre apoyando el pedido. El vicepresidente Carlos Mesa retiró su apoyo al presidente. La Sra. Ana María Romero llamó a los comandantes de las Fuerzas Armadas “para que no disparen contra el pueblo”. El 17 de octubre, a las nueve de la noche desde el aeropuerto de Viru Viru, el presidente Gonzalo Sánchez envió por fax al Congreso su carta de renuncia.

El objetivo de estas acciones fue claramente de destruir al sistema democrático de la república. Felipe Quispe, que no se sentía boliviano, quería restaurar el Collasuyo del Imperio Inca (que subyugó a los aimaras) y Evo Morales quería crear otro Estado, dominado por los productores de coca del Chapare, donde él sea su mandatario. La CSUTCB y la COB, que más que organizaciones sindicales de campesinos y trabajadores, eran organizaciones políticas cuyos dirigentes querían ganar espacios de poder. El ex mayor David Vargas, con el viejo estilo de los golpes de Estado, quería iniciar una revuelta para tomar el poder. El pretexto era deshacer el proyecto de exportación de gas a Estados Unidos y México, por eso se le llamó la “guerra del gas”.

Oscar Espinosa García es ingeniero civil.

SourceEl Diario

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