Cuarenta y cinco minutos de intensa lluvia han sido suficientes para provocar estragos en al menos cuatro barrios de la ciudad de Tarija: San Roque, Avaroa, Salamanca y Juan XXIII, donde las calles y algunas viviendas quedaron cubiertas con lodo, escombros y todo tipo de desechos que arrastró el agua.
El Gobierno Municipal confirmó que se reportaron inundaciones en al menos 14 puntos de la capital. Por la emergencia, la Alcaldía habilitó los albergues para recibir a los damnificados, pues algunas familias se quedaron con apenas la ropa que tenían puesta. Piden a las autoridades declarar zona de desastre.
Sin tiempo a reaccionar
Todo inició con el desborde de la quebrada, que pasa por el embovedado de la Víbora Negra, que llega a desembocar a la quebrada El Monte.
El agua llegó con tal fuerza que los comerciantes que tienen sus puestos en esa feria y las familias que viven en el lugar apenas tuvieron tiempo de reaccionar.
Las imágenes que circularon por las redes sociales eran contundentes. El agua arrasó con todo lo que encontró a su paso, mercadería, puestos de ventas, incluso vehículos que estaban estacionados.
En algunas viviendas el agua llegó hasta los dos metros de altura, las marcas que dejó el agua turbia era la prueba de tal desastre. Cuando calmó el temporal tocó hacer el recuento del daño y el drama fue peor.
Los comerciantes recorrían las calles con el agua hasta las rodillas para tratar de salvar algo de su mercadería, de su inversión, su patrimonio. De las casas salían los vecinos con baldes, para tratar de sacar el agua que había inundado sus viviendas.
Unos fueron más desafortunados que otros. Hay personas que se quedaron con lo tenían puesto, todo se les mojó, ropa, colchones, heladeras, cocina y computadoras. Poco pudieron recuperar. Incluso perdieron hasta sus mascotas.
Una mujer desesperada y entre lágrimas decía que no sabía qué iba a hacer. Es madre de dos niñas, a quienes mantenía vendiendo comida y empanadas. Perdió todo su material de trabajo, sus ollas estaban entre el barro, al igual que su cocina, sus colchones estaban totalmente empapados, como su ropa, que debía recuperar entre los desechos que arrastró el agua.
Un hombre de la tercera edad contaba que él y sus nietos perdieron absolutamente todo, nada podían recuperar. Con el buzo complemente mojado y de ojotas, el hombre pedía ayuda, sobre todo para sus nietos de 10 y 12 años, ellos eran su mayor preocupación.
“Vimos que venía el agua y corrimos a la segunda la planta, gracias a Dios pudimos llegar ahí. Quedamos en cero, porque todo quedó dañado, no pudimos salvar nada”, comentaba otro vecino del barrio San Roque, donde el agua cubrió 1,40 metros de su vivienda.
Con el paso de los minutos, que parecían horas eternas, llegó el personal de la Unidad de Gestión de Riesgos, Bomberos de la Policía y bomberos voluntarios, con equipos para ayudar a los afectados. Por la noche bajó el caudal del agua, pero quedó el lodo, la palizada y los desechos que arrastró el agua.
Luego de hacer un recorrido por diversos lugares, el alcalde de Tarija, Johnny Torres Terzo, confirmó que la mayor emergencia se registró en la zona de la Víbora Negra.
Atribuyó esa situación a la cantidad de basura que se acumula en las boca de tormenta.
“La boca de tormenta principal se ha tapado con un inflable, de los trabajan en este lado. Las boca de tormenta han funcionado con todo lo que han podido, pero la lluvia fue muy fuerte. Hemos tenido mucha cantidad de agua en muy poco tiempo, lo que provocó que colapse el sistema”, indicó.
La autoridad dijo que se ha puesto a disposición maquinaria y al personal especializado para ayudar a los damnificados. Incluso no descartó declarar zona de desastre.
“Para eso tenemos la Ley de Gestión de Riesgos (…) primero se hace una calificación, para que en base a la cantidad de damnificados y la cantidad de daños se puede definir si es zona de desastre o cualquier otra de las circunstancias que están catalogadas por ley. Por el momento estamos atendiendo la emergencia, una vez que terminemos con esto entramos con la categorización», detalló el Alcalde, quien espera un informe preliminar sobre los daños.