El «triángulo del oro blanco» rodea a Argentina: 1 billón de dólares bajo Tierra

El “oro blanco”, así como se denomina al recurso energético que Argentina posee junto a Chile y Bolivia. El mineral es uno de los más codiciados por el mundo moderno que desea alcanzar presurosamente los objetivos de París, descarbonizar las economías y dejar de depender de los combustibles fósiles para evitar las emisiones de carbono a la atmósfera. El Sur del continente americano es rico, pero la excesiva extracción está creando sus propios problemas.

El oro blanco para Argentina y el Mundo
Los acelerados cambios que viene implementando el mundo comprometido con el cambio climático y la sustitución de los fósiles está virando la atención hacia nuevos materiales más sostenibles con el ambiente que puedan ofrecer energía sin contaminación.

Es aquí donde entran en juego las tecnologías solares y eólicas, por nombrar algunos ejemplos, capaces de captar los beneficios de la naturaleza para generar electricidad, calefacción, combustibles y todas aquellas formas de energía que solían abastecerse de materiales nocivos para el medio ambiente.

Argentina tiene un papel fundamental en esta transición dado que uno de sus principales recursos minerales es clave para la producción de las baterías eléctricas que necesita el planeta para moverse en vehículos eléctricos, para conectarse a través de la telefonía móvil y también para la generación de energías renovables

Estamos hablando del litio, un mineral alcalino y de color blanco plata que está generando grandes volúmenes de producción en el Norte del país y se exporta a las principales compañías de tecnología y automotrices.

El litio en Argentina: el oro blanco que enriquece, pero tiene una contracara
Como parte del famoso “triángulo del litio”, Argentina comparte exclusividad con Chile Y Bolivia, con una reserva mineral que representa casi el 70% de todo el mundo. Según expertos, el país tiene bajo tierra un billón de dólares en oro blanco.

La producción está más desarrollada en Chile, quien en su momento el gobierno puso primera en sacar provecho del valioso recurso y le alquila las tierras estatales a las dos empresas que tienen casi el 99% de exclusividad, y cobra un porcentaje de las ventas al exterior.

Por el lado de Bolivia, aún no se encuentra explotado, pero ya durante el gobierno de Evo Morales, las tierras de litio fueron adquiridas como bien nacional. El caso de Argentina es un poco más complicado. Y si bien hay empresas que ya están desde hace unos años dedicadas a la explotación exportación a las firmas de tecnología y automotrices más famosas, la normativa y las regalías dependen de cada provincia.

En este caso, Salta, Jujuy y Catamarca que son las regiones que abarca el triángulo del litio poseen sus propios regímenes y no están exentas de múltiples oposiciones de la comunidad local. Principalmente, los lugareños acusan a las empresas de ser los protagonistas de la sequía de sus ríos y la desaparición de especies.

La paradoja de invertir en un bien para la naturaleza, a costa de otro
La contracara de la riqueza que se produce en las minas en pos de generar un recurso que favorecerá al medio ambiente, se presenta en esta misma región donde los pobladores son testigos de la devastación del ecosistema.

El tema es que, para la extracción del litio, el sistema bombea una excesiva cantidad de agua de las profundidades que, si bien no es potable, termina secando la extensión de tierra que sale en busca de arroyos y fuentes de agua para mantenerse con vida.

La industria utiliza el agua que es vital para el ecosistema y para las comunidades indígenas que ven arrasada su tierra, ya por demás seca a falta de lluvias. Muchas especies de la fauna y la flora han desaparecido y los lugareños auguran un futuro pesimista para sus próximas generaciones si las autoridades no controlan a las empresas, que hasta hoy continúan negando el desastre ambiental.

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