De a poco se van conociendo cifras del Presupuesto General del Estado (PGE) 2025. El gobierno proyecta una inflación de 7,5% y un déficit fiscal de -9,2%, cifras superiores a las que calculó en los últimos años.
Para este año, el PGE estimó una inflación de 3,6%, aunque hasta octubre ya se llegó a 7,2%, según el dato oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE). Además calculó un déficit de -7,8%, equivalente unos Bs 26.776 millones. El PGE del 2022 calculó un alza de precios de 3,4% y un déficit fiscal de -8,0%.
Además la administración de Luis Arce estima un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 3,51%, frente al 3,71% de este año. Al primer semestre, el PIB se expandió un 2,5%, según el dato oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Pese a un contexto desfavorable, el gobierno proyectó un PGE 2025 de Bs 296.565 millones, lo que representa un aumento de 11%, en comparación a los Bs 265.558 millones de esta gestión que culmina.
La inversión pública programada es de $us 4.024 millones, una merma de $us 250 millones en relación a los $us 4.274 millones de esta gestión.
Las cifras, divulgadas en un reporte de Unitel, señalan que también crecerá el gasto corriente de Bs 155.640 millones en 2024 a Bs 174.235 millones el 2025. Este ítem representará un 58,1% del PGE. En 2021, el gasto corriente era de Bs 129.807 millones.
El fin de semana, el ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, confirmó que se mantendrá la subvención a los combustibles con unos $us 2.900 millones, es decir que se necesita unos $us 56 millones por semana para cumplir con este ítem.
La producción de gas natural, que en su mejor momento bordeó los 60 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd), bajó a menos de 30 MMmcd en octubre de este año. La producción de líquidos mermó en una sola gestión en más de 4.000 barriles. Hoy Bolivia solo produce el 15% del diésel y el 30% de la gasolina que consume.