Las algas, el inesperado sustituto de los paneles solares: así creas energía gratis en el jardín

Encuentran un inesperado sustituto de paneles solares: algas. Un estudio saca a la luz que es posible crear energía gratis en el jardín. El vidrio productor de luz con las ventanas auguraba el fin de los paneles solares, pero estas algas son un antes y un después para la industria. Los paneles solares son una popular fuente de energía renovable, dado que toman la energía del Sol y la convierten en electricidad.

Sin embargo, pese a su potencial, hay circunstancias que impiden su instalación en determinadas casas o negocios. En este contexto, existen otras opciones de energía renovable que los usuarios pueden considerar.Por ejemplo, la energía eólica, hidroelectricidad o energía geotérmica, cada una con sus respectivas “herramientas” energéticas.

Se tornan como maneras viables de producir electricidad sin emitir gases de efecto invernadero. Todas las opciones cuentan con sus propios requisitos y limitaciones, aunque representan alternativas viables a los paneles solares.

No obstante, antes de recurrir a otras opciones, la energía solar sigue reinventándose día a día. Tanto compañías como expertos en el sector trabajan para traer al mundo nuevas soluciones energéticas adaptables a la situación de cada individuo.

La dependencia de materiales escasos y el reciclaje de los paneles solares al final de su vida útil continúan siendo obstáculos a largo plazo para la permanencia de estos dispositivos. Por este motivo, los investigadores exploran nuevas formas de fabricar las placas solares para producir más energía y hacerlas más reciclables y ecológicas. Así es como se ha descubierto que las algas son el inesperado sustituto de los paneles solares.

Los paneles solares quedan en el pasado: las algas se ensalzan como el futuro de la energía
Un grupo de científicos indios ha logrado usar por primera vez macroalgas vivas integradas en pequeñas células de 1 cm2 para producir pequeños voltajes. Desarrollaron unas innovadoras células solares a partir de algas vivas. Los ingenieros de la Amrita Vishwa Vidyapeetham, una prestigiosa universidad de Coimbatore, al sur del país, están detrás de este novedoso dispositivo biofotovoltaico a partir de un alga que suele crecer en estanques y otras masas de agua dulce. Al combinarla con varias capas de otros materiales, lograron producir electricidad, según expusieron en un estudio difundido en la revista Advanced Materials and Devices.

Las algas otorgan muchas ventajas a la hora de reemplazar materiales artificiales y no renovables, como los que emplean para fabricar las células solares que después se montan en los paneles. Su potencial para generar diversas fuentes de energía es llamativo y su principal ventaja frente a otras plantas es que no requieren tierra cultivable ni agua potable. Muchas de ellas no son aptas para el consumo humano ni animal, lo que quiere decir que su aplicación no generaría un impacto adverso en la cadena alimentaria.

Además, su cultivo puede implementarse a gran escala en cualquier estación del año, sin depender de fertilizantes ni otros productos químicos que puedan ser nocivos para el entorno. Concretamente, la macroalga Pithophora roettleri, que forma parte de la familia de las algas verdes, es frecuente en lagos, pantanos y embalses en diferentes partes del mundo. Es filamentosa y atesora determinadas semejantes con los hongos, por su forma de reproducirse por esporas y colonizar sus hábitats acuáticos. Asimismo, suele crecer en el fondo y crear densas ‘alfombras’ en la superficie del agua.

Los paneles solares tienen un nuevo rival energético: las algas
El equipo de científicos de la Amrita Vishwa Vidyapeetham llevan años analizando sus propiedades y potencial. Para comprobar hasta qué punto podían utilizarlas para generar electricidad con un nuevo dispositivo, recogieron muestras en un estanque de la región de Coimbatore.

Posteriormente, las limpiaron para descartar cualquier otro componente presente en el agua y pasaron a triturarlas para adquirir una pasta uniforme e intercalarla entre dos electrodos modificados.

De esta manera, para conseguir una célula BPV (siglas biofotovoltaica) viable, distribuyeron finas capas de algas entre un electrodo superior fabricado con cobro y recubierto de carbón activado y un electrodo interior de óxido de titanio (TiO2) recubierto de óxido de estaño dopado con flúor (FTO). Con este procedimiento, desarrollaron el que probablemente es el primer dispositivo con el que “macroalgas vivas de agua dulce generan electricidad”.

Cuenta con una superficie de apenas 1 cm cuadrado y tiene capacidad suficiente para producir una tensión de circuito abierto de 0,35 V y una corriente de cortocircuito de 10,19 μA. Por ahora, su rendimiento está muy por debajo de los paneles solares de silicio y perovskita.

Sin embargo, sí que puede aplicarse para abastecer de energía dispositivos de baja potencia. Este rasgo los hace ideales para los sensores del Internet de todas las cosas (IoT), que hasta ahora dependen de pequeños paneles solares y baterías integradas.

Así es como se ha llegado a la conclusión de que las algas pueden sustituir a los paneles solares en determinados contextos. Un concepto tan revolucionario con el de esta antena fotovoltaica que sigue al Sol desde el jardín.

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