No sabía cómo empezar el análisis de hoy. El día ha sido histórico. Creo que todos lo hemos podido sufrir en nuestras propias carnes. Un “breve” apagón de electricidad a nivel peninsular nos ha demostrado lo vulnerables que somos. Lo de “breve” lo digo porque asumo que no va a durar semanas o meses. El operador de la Red Eléctrica Española (REE) lo ha catalogado como “incidente absolutamente excepcional”. Aunque a muchos de nosotros se nos han hecho largar las horas. En un inicio han transmitido que mínimo serían de 6 a 10h.
Obviamente tras el evento han activado los planes de reposición del suministro eléctrico en colaboración con las empresas del sector. El objetivo es aportar tensión a los grupos de generación para que arranquen y puedan propagar la tensión a la red y resto de grupos.
El sistema eléctrico peninsular (España y Portugal) ha sufrido a las 12:30 lo que en sector energético se conoce como un cero energético. En ese instante la demanda eléctrica del sistema peninsular era 25.184 MW.
De los datos de REE se puede extraer que, súbitamente, la potencia del sistema ha caído hasta 14.185 MW. Son 11 GW los que han caído en un primer instante, aunque el suelo lo hemos marcado en 10.480 MW. Según los datos, ha sido la solar fotovoltaica la que se ha desconectado. Aproximadamente, el 60% de la generación se ha caído en pocos segundos, 13 GW correspondían a la solar fotovoltaica (color naranja).
Posteriormente, a las 12:38 la red ibérica ha tenido que desconectarse de la red eléctrica europea. Ya que, el contagio ha impactado a las zonas fronterizas del sur de Francia. Las exportaciones a través de las interconexiones que estaban en curso han sido detenidas como se puede comprobar en la siguiente imagen.
Lógicamente, en un momento de tanta incertidumbre como el que se ha vivido, todos hemos tratado de pensar o especular sobre el origen del apagón. La sorpresa ha sido mayúscula cuando el operador portugués REN (Redes Energéticas Nacionais) ha dicho que se debía a «vibración atmosférica inducida», me he quedado igual que estaba. No os voy a mentir. Ellos han achacado a “un error en la red española provocado por variaciones extremas de las temperaturas en el interior del Estado, por las cuales se han producido oscilaciones anómalas en las líneas de muy alta tensión (400 kV).”
Luz en las islas
En dicho escenario, las Islas Canarias, lógicamente por la distancia que separan del sistema ibérico, no se han visto afectadas por los apagones. Ya que, Canarias cuenta con 6 sistemas aislados propios, uno por isla. Ninguno vinculado al continente europeo.
Análogamente, en el caso de Islas Baleares está formado por 2 sistemas separados: Mallorca-Menorca e Ibiza-Formentera. Están interconectados entre ellos, pero también con la Península con un cable submarino. Como podéis comprobar en la siguiente gráfica, la línea amarilla de la demanda ha ido siguiendo la verde (demanda eléctrica prevista).
Impacto en las tecnologías
Por otra parte, la energía nuclear que lleva un tiempo en boca de todos, a las 12:35 ha tenido que desconectar los 3,5 GW de Almaraz II, Ascó I y II, Vandellós II, que tenía en generando dentro del parque eléctrico español. Alfredo García (conocido en redes sociales por muchos como Operador Nuclear) ha destacado que las centrales nucleares están perfectamente preparadas para este tipo de situaciones.
Ante la caída de la red, el sistema de protección actúa automáticamente: el generador eléctrico se desconecta de la red por ausencia de demanda para protegerse. Al mismo tiempo, en décimas de segundo, se envía automáticamente una orden de parada del reactor. Tras ello, el reactor ya no produce suficiente calor para generar electricidad, pero todavía tiene lo que llamamos calor residual, debido a que los productos de las fisiones son radiactivos y emiten energía y partículas dentro del reactor que se convierten en calor. Por lo que, el objetivo se convierte en extraer dicho calor residual.
Cuando la red falla, las centrales cuentan con generadores diésel de emergencia capaces de mantener todos los sistemas esenciales y de seguridad en funcionamiento. Estos generadores arrancan automáticamente y en menos de 13 segundos ya son capaces de funcionar de forma continua durante al menos 7 días seguidos. Además, cada central dispone de, como mínimo, dos generadores diésel redundantes (cada uno con capacidad suficiente por sí solo) y, desde Fukushima, también cuentan con generadores portátiles adicionales.
Tensión y frecuencia
Pero realmente ¿Qué ha podido pasar para que se caiga de esa manera la red eléctrica peninsular? Todo sistema eléctrico tiene 2 pilares fundamentales, la tensión y la frecuencia (número de veces que esta tensión varía en un periodo de tiempo). Sin olvidarnos del famoso “las gallinas que entran, por las que salen”, por el cual, la potencia producida debe ser igual a la potencia consumida en todo momento.
Aquí observamos una diferencia sustancial en función del método de generación. Ya que, la potencia puede ser explícitamente producida (por ejemplo, mediante la combustión de gas natural en un ciclo combinado, que genera vapor en una caldera que mueve un eje a través de una turbina que está conectada a un generador) o implícitamente (por ejemplo, como energía cinética en una máquina rotativa).
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Cuando no casa la producción y la demanda de electricidad, como ha sido el caso con +10 GW de desplazamiento, se genera el desequilibro entre los dos pilares descritos antes. En ese caso, si la potencia consumida es mayor que la generada, el generador desacelera, lo que provoca una disminución de frecuencia (Originalmente, 50 Hz). El desequilibrio será mayor, cuando más abrupta sea la caída. Del mismo modo, cuanto menor sea la inercia del sistema (principalmente como equipamiento rotativo conectado a la red), el desbalanceo provocado será más rápido.
Una vez, que ciertos sistemas de generación han sido desconectados, el sistema ha entrado en un efecto de domino, ya que, el desbalanceo se intensificaba y se agravaba el problema de la caída de la frecuencia, y ocurre la cascada de desconexión que ha asolado a todo el país.
El restablecimiento del suministro
La electricidad ha ido llegando a gran parte del país de manera paulatina con el paso de las horas. Sinceramente, creo que no somos conscientes la hazaña que se ha logrado como sociedad. El sistema eléctrico, gracias a sus profesionales, merecen los mismos aplausos que se ofrecían en los balcones a las 20:00 durante la pandemia. La situación vivida por muchos profesionales del sector eléctrico habrá sido de máximo estrés. Probablemente, todos eran conscientes que todas las miradas recaían sobre ellos.
La lentitud para el restablecimiento de la electricidad era una consecuencia lógica y esperable. El casamiento entre la oferta y la demanda tiene que ser gradual para que se garantice el equilibrio, tanto en parámetros de voltaje como de frecuencia.
En la siguiente imagen se puede observar que a las 15:25 todos los ciclos combinados de gas natural estaban parados, y tras ese momento han ido entrando gradualmente hasta alcanzar los 6,6 GW a las 23:59.
Nos ha pasado de todo
La reflexión final debería discurrir por lo vulnerables que somos como sociedad. El papel de la electricidad, como en su día lo bautice como “cohesionador intangible” de la sociedad, nos demuestra que la sociedad apenas gira sin ello. Solo de imaginar una coyuntura como esta pueda durar semanas, me genera una sensación extraña en el cuerpo. El hecho de sentir la fragilidad del sistema con las yemas de los dedos da vértigo.
Surgen varias lecturas positivas de lo vivido. En primer lugar, las personas que conforman el país han actuado cívicamente. Momentos como lo vividos son escenas introductorias de las películas de ciencia ficción, donde reina la anarquía y la ley del más fuerte. En segundo lugar, la red eléctrica y los profesionales que la componen han actuado con gran solvencia. Ya que, aunque 12h nos puedan parecer una eternidad, cuando estas bregando en plena batalla, el tiempo vuela. A las 00:00h (hora peninsular) Red Eléctrica de España ya ha recuperado el 61,35% de la demanda peninsular y están energizados el 78% de los parques de subestaciones de la red de transporte.
El origen, puede que nunca transcienda al ámbito público, sin embargo, todos los involucrados tiene la obligación de realizar todos los análisis post-mortem necesarios para entender en profundidad lo que ha ocurrido. Siendo fundamental la extracción de lecciones aprendidas, y mejorar, más si cabe, la red eléctrica. Sobre todo, si seguimos enfocados a electrificar gran parte de la sociedad. Se le atribuye a Lenin la siguiente frase: «Hay décadas en las que no pasa nada, y hay semanas en las que pasan décadas». Tras los últimos años, me gustaría modificarla de cosecha propia “Hay décadas en las que no pasa nada, y hay lustros (2020-2025) en las que pasan décadas».