En Santa Cruz, la firma boliviana Empacar S.A. inauguró el primer surtidor que comercializa diésel importado sin subvención, con un precio de Bs 13,99 por litro. El hecho marca un precedente y, al mismo tiempo, un dilema para el país: ¿mantener la subvención de los carburantes, que representa miles de millones de dólares anuales, o retirarla y enfrentar un inminente encarecimiento generalizado? Ningún candidato presidencial hasta la fecha ha definido con claridad qué política aplicará, dejando abierta una de las discusiones más sensibles para la próxima administración.
Durante 2024, el Estado destinó 2.381 millones de dólares a la subvención de combustibles, y para 2025 se proyecta que el gasto llegue a 2.900 millones, según ha reconocido el mismo presidente Luis Arce. Esto significa un desembolso diario de entre 7 y 8 millones de dólares, recursos que cada vez resultan más difíciles de garantizar para las finanzas públicas.
Desde la Asociación de Artesanos de Tarija, su representante Filomeno Choque expresó un rechazo categórico a levantar la subvención, no solo por la afectación a su sector, sino por las consecuencias en la economía en general.
Mencionó que si llega a levantarse la subvención va a generar un efecto en cadena, empezarán subiendo los costos de la materia prima y así consecuentemente todo va a encarecer.
En tanto, el ejecutivo de la Federación del Autotransporte 15 de Abril, Gabriel Pérez, recordó que meses atrás plantearon al Gobierno un levantamiento escalonado por sectores, empezando con el empresariado privado y la minería. Explicó que al transporte público se le subsidia gasolina y diésel, mientras este sector, de manera indirecta, subvenciona los pasajes para la población.
“Cuando el Gobierno levante la subvención, necesariamente tendrán que subir los pasajes”, sostuvo Pérez.
Asimismo, señaló que el transporte ya trabaja a pérdida porque la ayuda estatal solo cubre el carburante, mientras que los repuestos e insumos se han encarecido hasta en un 300%.
También cuestionó que, a diferencia de otros sectores, los transportistas deben esperar entre 5 y 7 años para ajustar sus tarifas, y apenas en unos centavos, mientras que los salarios suben cada año por decreto.
Además, recordó que muchos propietarios tienen más de un vehículo y dependen de choferes, quienes, en caso de conflictos laborales, recurren al Ministerio de Trabajo, entidad que aplica con rigor la normativa obligando a cubrir beneficios sociales y aumentos del salario mínimo.
Dar las condiciones para importar carburantes
El analista económico Fernando Romero consideró positivo que ya exista una empresa privada importando carburantes sin subvención, pues a su criterio esto abre el camino para reducir el monopolio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
En esa línea, recomendó al Gobierno garantizar un marco fiscal, administrativo e impositivo que incentive a otras compañías a incursionar en el sector. “Esto permitiría generar competencia, reducir la presión sobre las finanzas públicas y diversificar la oferta de combustibles en el país”, señaló.
Consultado sobre el impacto económico de comprar diésel más caro, Romero argumentó que en todo caso esto no le costará nada al Estado, sino que se traduce en una menor carga fiscal porque va a haber otro agente económico que le permita importar y comercializar al público carburantes.
“Yo creo que el diésel y la gasolina más cara, es la que no hay. En el mercado negro están pagando por encima de los 10 bolivianos y diésel de mala calidad porque no son almacenados en lugares idóneos”, manifestó.
Sin embargo, enfatizó que esta situación va a permitir incluso a productores agrícolas a que puedan comprar carburante de este surtidor privado y abre la puerta a que en un futuro no muy lejano otras empresas se animen a importar carburantes, en menor medida como Estado y más como sector privado.
¿Qué dicen los candidatos?
El 19 de octubre Rodrigo Paz y Jorge “Tuto” Quiroga se miden en la segunda vuelta electoral por la silla presidencial de Bolivia. Sin embargo, ambos han sido cautos al momento de abordar el tema de la subvención, con propuestas que no han quedado claras para la población, pero en algún momento sí abordaron el tema de refilón, sin ahondar en detalles, coincidiendo que debe levantarse este subsidio.
En La Paz advierten que el pasaje puede subir 300%
El dirigente de la Asociación de Transporte Libre de La Paz, Limbert Tancara, aseguró que de quitarse la subvención a los hidrocarburos, el costo de los pasajes en el transporte público subiría un 300%, es decir, un aproximado de entre Bs 6 a 7.
Tancara manifestó su preocupación al ver que ambos candidatos que se disputarán en el balotaje, proponen eliminar la subvención de hidrocarburos, lo cual asegura perjudicará en gran medida a toda la población asegurando que hoy se paga Bs 3,74 con subvención, pero sin esta el precio sería el internacional, es decir, a Bs 11 el litro.
El debate, sin embargo, sigue sin resolverse: mantener una subvención que pesa sobre el presupuesto nacional o retirarla asumiendo los costos sociales y políticos de un incremento inevitable en los precios.