Perú impulsa un megaproyecto que une puerto, ferrocarril e hidrógeno verde, con el objetivo de fortalecer la conexión Bolivia–Perú, modernizar la infraestructura regional y posicionar a Sudamérica frente al eje económico del Asia-Pacífico.
Con una propuesta ambiciosa que busca consolidar la integración regional sudamericana a través de tres grandes ejes —retomar el desarrollo del puerto de Ilo, el Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración y un proyecto energético basado en el hidrógeno verde— llegó a Bolivia, Juan Mauro Barranzuela Quiroga, exministro de Transportes y Comunicaciones del Perú. Su visita, junto a Carlos Mello, presidente del Comité de Desarrollo Económico local de la provincia de Ilo, tiene como objetivo articular alianzas con autoridades y empresarios bolivianos, promoviendo una visión compartida de conectividad continental y sostenibilidad.
Barranzuela, quien se define como el gestor intelectual del proyecto de integración explicó que la iniciativa tiene su origen en las agendas de planificación regional impulsadas por UNASUR, donde participaron mandatarios de toda América Latina. De esas discusiones surgieron los dos grandes proyectos que hoy retoman vigencia: el Corredor Ferroviario Bioceánico Central, que conectará Santos (Brasil), Bolivia e Ilo (Perú), y la modernización integral del puerto de Ilo, concebido como la puerta de salida del comercio boliviano hacia el océano Pacífico.
La propuesta incluye la expansión del área portuaria ganando terreno al mar mediante obras de ingeniería de alta precisión, el fortalecimiento de la infraestructura para contenedores y granos, y la incorporación de equipamiento moderno como fajas transportadoras y silos.
“Sabemos que Bolivia es un actor clave en la producción de soya y otros granos, por eso es fundamental contar con instalaciones capaces de manejar altos volúmenes de carga y garantizar eficiencia en las operaciones de embarque y desembarque”, detalló Barranzuela.
Asimismo, se proyecta la conectividad aérea complementaria entre Brasil, Bolivia y Perú, lo que requerirá la homologación de infraestructuras aeroportuarias. En Ilo, ya se trabaja en la mejora del aeropuerto local para integrarlo a un sistema intermodal internacional, capaz de conectar rutas marítimas, ferroviarias y aéreas.
Hidrógeno verde
Uno de los pilares del plan de Barranzuela es el proyecto de hidrógeno verde que se desarrolla en la región peruana de Moquegua, considerada una de las tres zonas del país con mayor potencial para este tipo de energía, junto con Tacna y Arequipa. Según el exministro, inversionistas europeos ya han visitado la zona para evaluar las condiciones naturales y la disponibilidad energética, constatando su alto potencial de desarrollo.
El Perú cuenta con plantas fotovoltaicas que generan más de 1.350 MW, y se prevé que para 2026 se sumen 350 MW adicionales. Parte de esta producción se destinará a la generación de hidrógeno verde.
“El hidrógeno verde será el motor energético del puerto, del transporte ferroviario y de la aviación regional. Estamos ante una oportunidad que no podemos dejar pasar para transformar la matriz energética de Sudamérica”, afirmó Barranzuela. Recordó que países como Alemania y Japón ya han fijado metas concretas para sustituir los combustibles fósiles antes de 2035, lo que generará una alta demanda internacional de hidrógeno verde.
Integración tecnológica
Más allá de los proyectos de infraestructura, Barranzuela plantea una visión integral que incorpora elementos de la industria 4.0, la digitalización y la inteligencia artificial.
Según explicó, la región debe prepararse para una nueva era industrial donde la tecnología y la sostenibilidad sean pilares del crecimiento. “No basta con producir más, debemos producir mejor, con innovación, biotecnología y eficiencia digital”, expresó.
El ex ministro destacó la importancia de la colaboración académica y científica para formar profesionales que puedan enfrentar los desafíos de esta transición. Criticó la falta de planificación universitaria frente a los cambios globales y llamó a las instituciones educativas a sumarse a una estrategia de desarrollo integral que acompañe el proceso industrial y tecnológico del continente.



















