La renovación de la cúpula aeronáutica marca el inicio de una etapa decisiva para la aviación boliviana, con nuevos responsables en la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), Navegación Aérea y Aeropuertos Bolivianos (Naabol) y Boliviana de Aviación (BoA), el Gobierno de Rodrigo Paz enfrenta al menos siete tareas en este sector.
Rescatar a la aerolínea Estatal, definir una política de los cielos abiertos, mejorar la administración de los aeropuertos, renovar la tecnología, incentivar la promoción económica de la aviación, reducir las tasas arancelarias para la importación de repuestos y garantizar el flujo de dólares y combustible, estas son las tareas que identifican diferentes representantes del sector.
El ministro de Obras, Públicas Servicios y Vivienda, Mauricio Zamora, posesionó este martes a Jaime Humberto Machicao Roca, como director general ejecutivo de Naabol, Roberto Jáuregui Mendoza, como director ejecutivo interino de la DGAC y Juan José Galvarro Requena, como gerente general de BoA. Las nuevas autoridades tomaron juramento en el aeropuerto internacional Jorge Wilstermann de Cochabamba.
Jaime Machicao, trabajó en la Dirección de Transporte Aéreo de la DGAC y Juan José Galvarro fue director de Calidad en Amas Fly – Centro de Instrucción Aeronáutica, Co-Founder and COO en Moist Bolivia, y director Calidad y Seguridad Operacional en Amas Línea Aérea (Compañía de Servicios De Transporte Aéreo Amaszonas S.A).
Las tareas urgentes
Expertos y representantes del sector coinciden en la necesidad de rescatar a BoA, mediante capitalización, renovación de flota y una administración profesional que garantice eficiencia y seguridad.
“BoA tiene que necesariamente entrar en un proceso de capitalización. La empresa no puede morir, tenemos que salvar a BoA. Es un patrimonio nacional que ha costado a todos los bolivianos, debe seguir siendo la aerolínea bandera de nuestro país, porque las rutas conseguidas, los trabajadores, las capacitaciones, la experiencia, todo eso cuesta y es difícil volver a crear una empresa aérea”, sostuvo el experto en Derecho Aeronáutico, Álvaro Munguía.
La importancia de definir una política de cielos abiertos, que permita atraer turismo y fomentar la competencia nacional e internacional, es otra tarea urgente
“Adoptar una política de cielos abiertos va a ser muy importante para crecer, para desarrollar, para poder atraer más turismo; por esa vía es la que viene el turismo, que trae divisas y vemos que eso es lo que este gobierno pretende. Cualquier gobierno debería haberlo hecho, pero para el anterior nada valía más que sus posiciones ideológicas”, expresó el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Jorge Valle.
Tanto Munguía como Valle coinciden en que la mejora en la administración de los aeropuertos, muchos de ellos deteriorados y con equipamiento obsoleto, así como la modernización tecnológica, y la puesta en marcha de radares y sistemas de navegación, son prioridades para asegurar operaciones seguras y confiables.
La generación de oportunidades de negocio y desarrollo regional a través del transporte aéreo se entiende como un impulso a la promoción económica de la aviación. Esto incluye atraer inversión privada, fomentar la conectividad entre ciudades y regiones, potenciar el turismo y mejorar el transporte de carga.
El sector también demanda la reducción de tasas para la importación de repuestos. “Los repuestos se cambian periódicamente en los aviones, es diferente al vehículo. Uno tiene la obligación de cambiar los repuestos por más que esté funcionando perfectamente y se compran en dólares. Al no tener dólares tenemos que comprar los dólares al paralelo, ahí sube casi en un 100% el costo; sin embargo, otro de nuestros grandes problemas es que la aduana cobra un ojo de la cara por la importación”, señaló el presidente de la Asociación Nacional de Pilotos Aviadores de Bolivia (Anpab), Cristian Lemcke.
Asimismo, el sector requiere que se garantice el suministro de combustible que es fundamental no solo para la continuidad de BOA, sino también para mantener la seguridad operacional, la conectividad del país y la confianza de inversores y usuarios en el sistema aéreo boliviano.



















