Panificadores independientes plantean eliminar la subvención y que los federados compitan en el mercado, mientras que la idea de aplicar similar medida en la venta de gasolina y diésel en el mercado interno empieza a madurar. El objetivo, señalan, es eliminar la corrupción, y el Gobierno anuncia políticas a favor de los más vulnerables.
En entrevista con un medio de comunicación, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Gabriel Espinoza, dijo que la subvención a los carburantes es insostenible y se está evaluando el tema.
Ayer, luego de la posesión del gerente general de la Gestora Pública de Largo Plazo, Marcelo Vladimir Fernández Quiroga y de Mario Walter Requena Pinto como director de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), Espinoza anunció que la próxima semana se viene un ciclo de reuniones con varios sectores, entre ellos los jubilados.
Aseguró que se ordena la casa para que los sectores tengan conocimiento de lo que ha sucedido en la administración del Estado. “Tenemos 320 pedidos de sectores, como gobiernos departamentales, universidades, cajas, acreedores del Estado y pagos que nos dejaron”, indicó.
Subvención
El analista económico Darío Monasterio, respecto a las sugerencias de eliminar la subvención a los carburantes, sostuvo que el mismo debe ser gradual, tiene que ser lo más focalizado posible, en el mediano y largo plazo, entre seis meses a un año.
“Tiene que eliminarse completamente y casarlo al precio internacional, e incentivar la Inversión Extranjera Directa” para dinamizar el downstream (comercialización), señaló a tiempo de indicar que se debe aprobar políticas complementarias como una nueva Ley de Hidrocarburos para impulsar el upstream (exploración), con el objetivo de que haya mayor producción de líquidos para las refinerías, que operan a media maquina por falta de materia prima.
También sostiene que se debe incentivar la importación libre de combustibles, inclusive de crudo para las refinerías.
Consenso
Por su parte, el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, opina que cualquier eliminación total o parcial de subvenciones, ya sea de carburantes, alimentos o servicios domésticos, deben ser analizados a profundidad, desde un aspecto legal, económico financiero hasta social.
Propone que se deben hacer estudios, escenarios posibles de impacto, tomando en cuenta que la economía boliviana se encuentra en recesión y con un proceso inflacionario elevado.
Explicó que la subvención a los combustibles viene desde hace 20 años, y sólo el año pasado el Estado erogó 2.400 millones de dólares. “Mas allá del gasto fiscal, es un mal negocio, se compra en dólares y se vende en bolivianos. Se adquiere caro y se vende barato. Además de los indicios de corrupción”.
De acuerdo con Romero, la política de subvención está mal orientada y distorsionó los precios del mercado, ha dado una sensación de una inflación reprimida, además mal acostumbró al sector público y privado a carburantes baratos.
Recordó que Bolivia se encuentra en el puesto 11, a nivel mundial, con la gasolina y el diésel más barato, pero también reconoció que tocar en este momento la subvención es delicado. A pesar que se quiere focalizar sólo para el transporte público y no para las familias que tienen posibilidad, la decisión generará una espiral inflacionaria.
Ante ese escenario preocupante, Romero sugiere comenzar con los estudios y análisis correspondientes, aplicarlos en un plazo de seis a doce meses. Cuando haya estabilidad económica e inflación moderada, se inyecte dólares al mercado y se tenga las condiciones políticas y sociales.
Por ello sugiere la creación de mesas técnicas de debate con sectores económicos, productivos y sociales, donde participe la academia, así como todos los sectores de la sociedad.
Fue claro que la propuesta busca evitar un costo social, como desempleo y pobreza.
Panificadores
Entretanto, ayer los panificadores independientes, a la cabeza de Dandy Mallea, se reunieron con el viceministro de Políticas de Industrialización, Gustavo Jáuregui, para tratar el tema de la subvención. El sector es de la idea de eliminar la misma.
Los panificadores independientes piden de una vez levantar la subvención de los insumos. El dirigente Carlos Rojas indicó que incluso se podría mantener el precio de 0,50 bolivianos. Señaló que la subvención sólo ha servido para el “negocio” de los panificadores federados, reportó Erbol.
Al respecto del tema, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) era la encargada de otorgar harina e insumos subvencionados al sector panificador federado. Ayer, el ministro interino de Desarrollo Productivo, Óscar Justiniano, informó que la entidad subsidiaba por encima del 80% el costo de los insumos entregados a los panificadores y generó “una maquinaria” de proveedores, generando un daño económico.
Jáuregui, luego de la reunión, afirmó que están abiertos a reuniones con el sector de los federados y el encuentro con los independientes es un primer paso para empezar a analizar la situación de Emapa.
“Se hicieron cambios trascendentales dentro el subsidio de la harina, donde involucraron después otros elementos que son básicos para hacer el pan. Llegaron a incorporar, por ejemplo, la manteca, levadura, azúcar como parte del subsidio, pero a niveles bastante importantes de subsidio, subsidiando arriba del 80%”, sostuvo.
Se vendía a Emapa a más de 400 bolivianos el quintal (qq) de harina y se entregaba este producto a los panificadores en cerca de 109.
Mientras la dirigente de panificadores a nivel nacional, Elizabeth Galarza, también apoyó la idea de eliminar la subvención, ya que ellos sin este beneficio producen el pan a un precio accesible para la población.
Sin embargo, Mallea dijo que la hoja de costos del sector apunta a vender el pan de batalla con 70 gramos a 0,70 bolivianos, así lo hacen desde hace cinco meses.
Exhortó a la población a tener paciencia, ya que el Gobierno tendrá la última palabra en el plazo de 10 días, período en el cual se volverán a reunir nuevamente con las autoridades y tendrán respuestas a sus planteamientos presentados.
Mallea expresó que Emapa está cuestionada y moribunda, la misma debe salir del espectro de dar subvención a los panificadores federados.
“Los subsidios son una fantasía que nunca dura. Al final la plata se acaba y llega la crisis. Ahora que tenemos una oportunidad, eliminemos todos los subsidios y entendamos que una economía solo es viable cuando se vive la realidad… aunque esta duela”, sostiene el doctor en economía Antonio Saravia.
En 2025, el monto de subvención para los carburantes registra 15.156 millones de bolivianos; mientras que para los alimentos la cifra está en 750 millones.
En 2024, la cifra para la subvención a los hidrocarburos alcanzaba a 9.803 millones de bolivianos, mientras que para alimentos alcanzaba a 700 millones.



















