Proyectan que la exportación de gas de Bolivia caerá un 76% el año 2032

La producción de gas natural en Bolivia va en declive y, si la situación se mantiene, para 2032, el país sólo podrá abastecer su mercado interno y tener un excedente de 7,4 millones de metros cúbicos día (MMm3d) para exportar a Argentina y Brasil.

Esto equivale a una disminución del 76 por ciento en comparación a los 29 MMm3d que actualmente se destina a los mercados externos, según el analista en hidrocarburos Álvaro Ríos.

En una exposición para conmemorar los 15 años de la consultora Gas Energy Latin America (GELA), de la cual Ríos es director, el analista señaló que no existe al momento «algún prospecto de gas comercial que pueda desarrollarse» en Bolivia.

«Las exportaciones a Argentina y Brasil van a ir hasta 2024 de acuerdo a contrato y después van a tener que renegociarse con el escaso gas que queda de las reservas probadas», apuntó.

La producción de gas en Bolivia cayó de aproximadamente 61 MMm3d en 2014 a 42 MMm3d en 2022. De este volumen, 13 MMm3d se destinan al mercado interno; 18 MMm3d, a Brasil, y 11 MMm3d, a Argentina.

Con una caída promedio anual en la producción de entre 4 y 5 por ciento, Ríos proyectó que para 2032 la producción será de 21 MMm3d. De esto, 13,6 MMm3d irá para el mercado interno y 7,4 MMm3d quedarán disponibles para exportar.

Esto ocurrirá mientras Bolivia «no reformule su estructura fiscal», dijo Ríos, quien acotó que desde la llamada «nacionalización de los hidrocarburos» se desincentivó la exploración de nuevas reservas y hoy en día el gas boliviano se termina a paso lento.

El experto en hidrocarburos Mauricio Medinacelli fue menos drástico en sus proyecciones en cuanto al tiempo en que Bolivia se quedará sin suficiente gas para exportar, pero el resultado de su análisis es el mismo.

En un artículo titulado «Breve análisis y prospectiva de la industria del gas natural boliviano: 1980-2021», Medinacelli indicó que «Bolivia podría sostener un nivel de producción igual o mayor a 50 MMm3d hasta el año 2028; luego se activa una declinación natural de los campos».

En esta línea, para 2033, Bolivia ya no podría exportar gas a Argentina, y para 2040 ocurriría lo mismo con Brasil. «Ello cobra importancia porque el mercado interno no es atractivo para el inversionista privado, ya que los precios de venta se encuentran subsidiados; en este sentido, si el mercado externo comienza a desaparecer, las necesidades para levantar el subsidio serán cada vez mayores», escribió Medinacelli.

Los Tiempos buscó la posición de YPFB sobre estas proyecciones, pero no recibió respuesta. La estatal anteriormente dijo que apuesta por mayor exploración.

Se anticipa un déficit en el cono sur

El declive de producción de gas natural en Bolivia, sumado a los problemas que enfrentan Argentina y Brasil para extraer y distribuir en la región gas de los campos Vaca Muerta y Presal, podría ocasionar un déficit del combustible en los próximos años y una mayor demanda de gas natural licuado (GNL) adquirido de ultramar.

El analista Álvaro Ríos proyectó que, si la situación en estos países no cambia para 2032, la demanda de gas natural (de Brasil, Bolivia, Argentina y Chile) será de unos 11 mil millones de pies cúbicos por día, pero la oferta apenas llegará a 7 mil millones.

Así, se tendrá que comprar GNL vía marítima con un gasto de 15 mil millones de dólares por año para la importación en 2032. Se anticipa un déficit en el cono sur

El declive de producción de gas natural en Bolivia, sumado a los problemas que enfrentan Argentina y Brasil para extraer y distribuir en la región gas de los campos Vaca Muerta y Presal, podría ocasionar un déficit del combustible en los próximos años y una mayor demanda de gas natural licuado (GNL) adquirido de ultramar.

El analista Álvaro Ríos proyectó que, si la situación en estos países no cambia para 2032, la demanda de gas natural (de Brasil, Bolivia, Argentina y Chile) será de unos 11 mil millones de pies cúbicos por día, pero la oferta apenas llegará a 7 mil millones.

Así, se tendrá que comprar GNL vía marítima con un gasto de 15 mil millones de dólares por año para la importación en 2032.

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