Exministro de Hidrocarburos advierte que el conflicto con Shell aleja la inversión en Bolivia

El exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, señaló que los 10 millones de dólares que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) debe pagar a la empresa Shell son un reflejo de la «inseguridad jurídica» que se convirtió en un obstáculo significativo para las inversiones nacionales y extranjeras en el país.

“No es una suma grande para el país, pero lo que importa es el hecho. Bolivia entró en un círculo vicioso hace 15 años, que desalienta la inversión privada, tanto nacional como extranjera”, añadió Ríos.

El diputado por Comunidad Ciudadana (CC), José Manuel Ormachea, denunció que la empresa Shell ganó un laudo arbitral contra Bolivia, por el cual YPFB deberá pagar 10 millones de dólares. Ormachea explicó que, originalmente, Shell reclamó 26 millones de dólares, pero el laudo arbitral estableció que Bolivia debía pagar 10 millones, dando la razón a la empresa en tribunales de arbitraje internacionales.

Ríos sostuvo que el país debe dejar de ser un Estado empresario, en el que YPFB controla toda la cadena de hidrocarburos, la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) controla toda la cadena eléctrica, y Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) controla toda la cadena de litio, entre otros sectores.

“Hay que cambiar, debe haber un giro de 180 grados en el manejo económico del país. No podemos seguir con el modelo de Estado empresario; no funciona en ninguna parte del mundo”, indicó Ríos en una entrevista con Brújula Digital.

El exministro advirtió que esto puede generar un efecto dominó ya que a varias empresas se les ha incumplido el pago o se les está pagando en bolivianos cuando los contratos estipulan pago en dólares. Lo más importante es realizar un cambio en el manejo económico del país.

Ríos también señaló que la nacionalización cambió drásticamente las reglas de juego para los inversionistas en el país, lo que ha tenido un gran impacto, dificultando la llegada de nuevas inversiones a Bolivia, y ahora estamos enfrentando las consecuencias.

“Un país sin inversión extranjera enfrenta situaciones como las de Cuba o Venezuela, donde la falta de inversión deteriora la economía”, concluyó.

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